Patología Neurovascular: Ictus
Si usted o un ser querido han sufrido un ictus, es vital seguir un camino de recuperación y rehabilitación guiado por un experto. El Dr. Carlos de la Cruz, con su experiencia y conocimiento en la materia, es un recurso invaluable en Málaga para aquellos que están recuperándose de un ictus. Su enfoque personalizado a la atención médica garantiza que cada paciente reciba el tratamiento y la asistencia necesaria para facilitar su recuperación y minimizar el riesgo de complicaciones futuras. La experiencia de sufrir un ictus puede ser desafiante, pero en nuestro centro médico CIPS, no tendrás que enfrentarlo solo. Te animamos a ponerte en contacto con él para ayudarte en este camino hacia la recuperación y la salud óptima.
Ictus: definición y manifestaciones clínicas
El ictus es una enfermedad cerebrovascular que puede causar graves consecuencias como muerte, invalidez o demencia en adultos. Es importante conocer los tipos de ictus y los síntomas que presenta para poder realizar una intervención rápida y eficaz que disminuya el riesgo de secuelas neurológicas.
Tipos de ictus
Existen dos tipos principales de ictus: el isquémico y la hemorragia cerebral. El ictus isquémico se produce cuando una arteria del cerebro se obstruye y no llega suficiente sangre al área cerebral correspondiente, lo que provoca una lesión en el tejido nervioso. En cambio, la hemorragia cerebral es consecuencia de una rotura de una arteria cerebral, lo que provoca una hemorragia en el cerebro.
Ictus Isquémico
El ictus isquémico es el tipo más común de ictus, representando el 85 % de los casos. Se puede producir por la formación de un coágulo en una arteria del cerebro o por la obstrucción parcial o total de una arteria debido a la aterosclerosis, una acumulación de placas en las paredes de los vasos sanguíneos.
Hemorragia Cerebral
La hemorragia cerebral se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo del cerebro, lo que provoca un sangrado intracraneal que daña el tejido cerebral. Este tipo de ictus representa el 15 % de los casos.
Síntomas del ictus
Los síntomas de un ictus pueden aparecer de forma brusca y sin previo aviso. Es importante conocerlos para poder identificar un posible caso de ictus y actuar con rapidez. Los síntomas pueden variar en función de la zona del cerebro afectada, pero algunos de los síntomas más comunes son: pérdida de fuerza y sensibilidad en la cara, brazos o piernas ( habitualmente de un solo lado del cuerpo), dificultad para hablar o comprender, pérdida de visión, dolor de cabeza intenso, mareo, problemas de equilibrio y coordinación, entre otros.
Manifestaciones Clínicas del Ictus Isquémico
Los síntomas del ictus isquémico se pueden clasificar en tres categorías: síntomas focales, síntomas no focales y síntomas de desórdenes del tronco cerebral. En cuanto a los síntomas focales, suelen aparecer de forma súbita y afectan a una sola parte del cuerpo, como por ejemplo debilidad en una parte del cuerpo o dificultad para hablar.
Los síntomas no focales son menos evidentes y pueden ser más difíciles de detectar, como por ejemplo dolor de cabeza, mareo o náuseas. Por último, los síntomas de desórdenes del tronco cerebral se caracterizan por afectar a funciones vitales como la respiración o el mantenimiento de la conciencia.
Manifestaciones Clínicas de la Hemorragia Cerebral
Los síntomas de la hemorragia cerebral también pueden variar dependiendo de la zona del cerebro afectada. Entre los síntomas más habituales se encuentran: dolor de cabeza muy intenso, vómitos, pérdida de conciencia, debilidad muscular, convulsiones o crisis epilépticas, entre otros.
Factores de Riesgo y Prevención del Ictus
Existen algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir un ictus, como el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol elevado, el sedentarismo, la obesidad o el consumo excesivo de alcohol, entre otros. Es importante llevar un estilo de vida saludable para prevenir el riesgo de sufrir un ictus.
La prevención del ictus pasa por controlar estos factores de riesgo y llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio físico regular, evitar el tabaco y el exceso de alcohol, y seguir las indicaciones médicas en caso de padecer alguna enfermedad crónica.
Tratamiento del ictus
El ictus es una emergencia médica, y su tratamiento debe ser rápido para evitar daños irreparables en el cerebro. Por lo tanto, el abordaje terapéutico es fundamental para reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. En esta sección se describen los diferentes tratamientos disponibles para el ictus y cómo se aplican según la fase en la que se encuentre el paciente.
Tratamiento de la fase aguda
La fase aguda del ictus se refiere al momento en que la lesión cerebrovascular se produce, y el objetivo principal es restablecer el flujo sanguíneo cerebral y limitar el daño cerebral. Para ello, es fundamental realizar una evaluación y diagnóstico correcto lo más rápido posible para poder aplicar el tratamiento adecuado.
Evaluación y diagnóstico correcto del ictus
Para realizar el diagnóstico correcto, se deben identificar los síntomas y signos y hacer pruebas de diagnóstico, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, de manera inmediata. Identificar el tipo de ictus es crucial para determinar el tratamiento adecuado.
Terapia fibrinolítica
La terapia fibrinolítica tiene como objetivo disolver el coágulo que obstruye una arteria del cerebro y restaurar el flujo sanguíneo cerebral. Para ello, se administra un fármaco llamado ‘alteplasa’ que disuelve el coágulo.
Es un tratamiento muy efectivo que puede reducir la discapacidad y la mortalidad en los pacientes con ictus isquémico, pero su seguridad debe ser cuidadosamente evaluada antes de administrarse.
Trombectomía mecánica y trombolisis intraarterial
La trombectomía mecánica y la trombolisis intraarterial son técnicas quirúrgicas que se utilizan para remover el coágulo que obstruye una arteria cerebral. La trombectomía mecánica se realiza de forma manual, mientras que la trombolisis intraarterial se realiza de manera guiada por imagen.
Estas técnicas han permitido tratar a pacientes que tienen un coágulo que no puede ser disuleto por tratamienot fibrinolítico intravenoso.
Tratamiento terapéutico a largo plazo
Una vez que el paciente ha superado la fase aguda, es importante iniciar un tratamiento terapéutico a largo plazo que evite recurrencias y maximice su recuperación. Y hacerlo con precisión requiere de un diagnóstico preciso del mecanismo por el que se ha producido el ictus.
Tratamiento de la enfermedad cerebrovascular
El tratamiento de la enfermedad cerebrovascular tiene como objetivo prevenir la recurrencia del ictus y prevenir la aparición de otras enfermedades vasculares. Se basa en la modificación de los factores de riesgo vascular, como la hipertensión, la diabetes y la dislipemia, y en la administración de fármacos antitrombóticos o antiagregantes plaquetarios, según el caso.
Terapia rehabilitadora
La terapia rehabilitadora tiene como objetivo maximizar la recuperación funcional del paciente, y se centra en la rehabilitación física y neuropsicológica. La rehabilitación física se enfoca en el entrenamiento de la fuerza y el equilibrio, mientras que la neuropsicológica se centra en la rehabilitación cognitiva y emocional.
Prevención de eventos vasculares en pacientes con ictus
La prevención de eventos vasculares en pacientes con ictus se centra en la educación del paciente y sus cuidadores sobre la enfermedad, la importancia del cumplimiento del tratamiento y la adopción de un estilo de vida saludable. Además, se centrará en la monitorización y control de los factores de riesgo vascular a largo plazo.
Patología neurovascular: Investigación y asistencia médica
La patología neurovascular requiere evaluación y tratamiento individualizado. Las unidades multidisciplinarias especializadas en el tratamiento de pacientes con ictus ofrecen una evaluación rigurosa y un análisis vascular rápido que permite la identificación temprana del mecanismo causal, y así poder iniciar un tratamiento inmediato y adecuado. En este apartado, se abordarán las unidades de ictus y los servicios médicos disponibles en España para la investigación y asistencia médica en patologías neurovasculares.
3.2. Profesionales de la salud
El tratamiento de patologías neurovasculares como el ictus requiere de un equipo médico multidisciplinario, formado por profesionales de la salud altamente capacitados y especializados en el tratamiento de esta patología. Entre los profesionales de la salud que intervienen en el tratamiento del ictus se encuentran los neurólogos, cuyo papel es fundamental en el seguimiento y tratamiento del paciente. Los neurólogos son los encargados de coordinar y supervisar el proceso de diagnóstico y tratamiento del paciente con ictus.
3.3. Nuevas investigaciones y formación
Los avances tecnológicos recientes están permitiendo el desarrollo de nuevas técnicas en el diagnóstico y tratamiento de patologías neurovasculares, como el ictus. Los servicios médicos dedicados a la investigación en patologías neurovasculares trabajan en la integración de estas innovaciones en la práctica clínica. Adicionalmente, en España se ofrecen programas de formación específica para el diagnóstico y tratamiento de patologías neurovasculares, con la finalidad de mejorar el conocimiento y la capacitación de los profesionales de la salud que tratan estas patologías. El Dr. De la Cruz es director del programa de grado universitario más relevante de nuestro país centrado en esta patología.