Trastornos del movimiento: causas, síntomas y tratamientos

 

Trastornos del movimiento

Los trastornos del movimiento son afecciones neurológicas que afectan la capacidad de una persona para controlar sus movimientos voluntarios e involuntarios. Estos trastornos son causados por factores genéticos, infecciones, medicamentos o daño cerebral. Existen diferentes tipos de trastornos del movimiento, todos ellos con síntomas y gravedad variables. A continuación, se describen los principales tipos de trastornos del movimiento:

Ataxia

La ataxia es un trastorno del movimiento que se caracteriza por la pérdida de la coordinación de los movimientos musculares voluntarios. Las personas que sufren de ataxia tienen dificultades para caminar, mover las manos y los dedos, y mantener el equilibrio. Las causas de la ataxia son diversas, incluyendo lesiones cerebrales, problemas genéticos e infecciones.

Distonía

La distonía es un trastorno del movimiento que provoca contracciones espasmódicas en los músculos, lo que lleva a posturas anormales y movimientos repetitivos involuntarios. Esta afección puede afectar a cualquier parte del cuerpo, incluyendo el cuello, brazos, piernas o cara. En algunos casos, la distonía puede ser hereditaria o ser causada por una lesión cerebral.

Enfermedad de Huntington

La enfermedad de Huntington es un trastorno del movimiento hereditario y degenerativo que provoca la pérdida progresiva del control motor, así como problemas cognitivos y emocionales. Los síntomas de la enfermedad de Huntington aparecen generalmente en la edad adulta y empeoran con el tiempo.

Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno del movimiento crónico y progresivo que afecta el sistema nervioso central. Los síntomas del Parkinson incluyen temblores, rigidez muscular, lentitud en el movimiento y problemas de equilibrio. Esta enfermedad se produce por la degradación de las células nerviosas en el cerebro que producen la dopamina, una sustancia química que controla los movimientos musculares.

Síndrome de Tourette

El síndrome de Tourette es un trastorno del movimiento que se caracteriza por tics motores y vocales involuntarios. Los tics pueden ser simples (como guiños o gestos simples) o complejos (como movimientos más elaborados o sonidos vocales). Aunque la causa del síndrome de Tourette es desconocida, se cree que está relacionada con cambios en el cerebro y puede ser hereditaria.

Temblor

El temblor es un trastorno del movimiento que se caracteriza por movimientos involuntarios rítmicos. El temblor puede ocurrir en diferentes partes del cuerpo, incluyendo las manos, los brazos, la cabeza o las piernas, y puede ser desencadenado por ciertas emociones o situaciones estresantes. El temblor puede ser un síntoma de diferentes enfermedades, como la enfermedad de Parkinson o el temblor esencial.

Temblor esencial

El temblor esencial es un trastorno del movimiento en el que una persona experimenta temblores que afectan sus manos, cabeza y voz. Estos temblores están presentes durante las actividades cotidianas y no están relacionados con otras enfermedades. La causa del temblor esencial es desconocida, aunque en algunos casos hay un determinante genético hereditario y puede ser causado por cambios en ciertas áreas del cerebro.

Causas de los trastornos del movimiento

La causa exacta de los trastornos del movimiento puede variar dependiendo del tipo de trastorno que se presente. Los trastornos del movimiento pueden ser heredados, causados por infecciones, medicamentos o daño cerebral adquirido. Algunos de los tipos de trastornos se mencionan a continuación.

Genética

Algunos trastornos del movimiento, como la enfermedad de Huntington, son causados por una mutación genética heredada en una persona. Estas mutaciones pueden ser transmitidas de padres a hijos.

Infecciones

Infecciones como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis japonesa también pueden causar trastornos del movimiento. Estas infecciones pueden causar inflamación en el cerebro y dañar las células nerviosas, lo que resulta en problemas de movimiento.

Medicamentos

Algunos medicamentos, como los antipsicóticos y los antivertiginosos, pueden tener como efecto secundario el desarrollo de trastornos del movimiento. El uso prolongado de estos medicamentos puede provocar movimientos involuntarios del cuerpo.

Daño cerebral adquirido

Los trastornos del movimiento también pueden ser causados por daños en el cerebro debido a lesiones como traumatismos craneales y accidentes cerebrovasculares. El daño cerebral puede interrumpir la capacidad del cerebro para enviar señales al sistema nervioso que controlan el movimiento, lo que resulta en trastornos del movimiento. 

Enfermedades neurodegenerativas

En algunos casos, los trastornos del movimiento se deben a la pérdida progresiva de determinadas neuronas, enfermedades en las que el tratamiento suele ser sintomático, aliviando los síntomas y mejorando la calidad de vidad, pero sin existir tratamiento curativo. 

Diagnóstico de los trastornos del movimiento

Para diagnosticar los trastornos del movimiento, se lleva a cabo una evaluación médica exhaustiva. Un neurólogo o un especialista en trastornos del movimiento puede evaluar la historia clínica del paciente y realizar una serie de pruebas para establecer un diagnóstico preciso:

Exámenes neurológicos

El especialista puede realizar una serie de exámenes neurológicos para evaluar el movimiento del paciente. Estos exámenes pueden incluir:

  • Evaluación de la velocidad del movimiento
  • Evaluación de la coordinación del movimiento
  • Evaluación del equilibrio
  • Evaluación de reflejos

El especialista también puede preguntar al paciente acerca de sus antecedentes médicos y familiares para determinar si hay una predisposición genética a ciertos trastornos del movimiento.

Pruebas médicas

Además de los exámenes neurológicos, pueden ser necesarias pruebas médicas especializadas para establecer un diagnóstico y descartar otras afecciones:

  • Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) para detectar cualquier anomalía estructural en el cerebro

  • Electroencefalograma (EEG) para descartar un origen epiléptico de los síntomas.

  • Análisis de sangre y orina para detectar infecciones o alteraciones en los niveles de hormonas y metabolitos e iones.

  • Pruebas genéticas para detectar mutaciones en los genes asociados con ciertos trastornos del movimiento

Una vez que se ha establecido un diagnóstico preciso, el especialista puede recomendar un plan de tratamiento para los trastornos del movimiento del paciente.

Tratamiento de los trastornos del movimiento

El tratamiento de los trastornos del movimiento puede variar según el tipo y la gravedad del trastorno. En algunos casos, puede que sea necesario combinar diferentes tipos de tratamientos para lograr mejores resultados. En general, los tratamientos pueden dividirse en tres categorías: medicamentos, estimulación cerebral profunda y terapias no farmacológicas.

Medicamentos

Los medicamentos son una opción común para el tratamiento de muchos trastornos del movimiento. Estos fármacos pueden ayudar a reducir los síntomas como temblores, espasmos y movimientos involuntarios. Algunos de los medicamentos más comunes para tratar los trastornos del movimiento incluyen:

  • Levodopa, que se usa en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson.

  • Anticolinérgicos, que se usan en el tratamiento de la distonía.

  • Antipsicóticos, que pueden ayudar a reducir los tics asociados con el síndrome de Tourette.

  • Betabloqueantes.

Estimulación cerebral profunda

La estimulación cerebral profunda es un tratamiento que se ha utilizado con éxito para tratar algunos trastornos del movimiento, como la enfermedad de Parkinson y la distonía. El tratamiento implica la implantación de un dispositivo en el cerebro que envía señales eléctricas para ayudar a regular los movimientos del cuerpo.

La cirugía para la implantación del dispositivo es una operación mayor que requiere anestesia general y un período de recuperación, pero en muchos casos puede ayudar a reducir significativamente los síntomas asociados con los trastornos del movimiento.

Terapias no farmacológicas

Además de los medicamentos y la estimulación cerebral profunda, existen diversas terapias no farmacológicas que pueden ayudar a aliviar los síntomas de los trastornos del movimiento:

  • Terapia ocupacional: se enfoca en la recuperación de la capacidad para realizar actividades cotidianas a través del entrenamiento en técnicas adaptativas.

  • Fisioterapia: ayuda a mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad y el equilibrio, disminuyendo la presencia de muchos de los síntomas.

  • Terapia del habla: puede ayudar a mejorar la comunicación y la capacidad para hablar en casos de trastornos del habla, como los asociados con la enfermedad de Parkinson y el síndrome de Tourette.

Es importante encontrar el tratamiento adecuado para cada paciente individual. 

Concientización y atención médica de los trastornos del movimiento

La concientización y la atención médica son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas que padecen trastornos del movimiento. Estos trastornos son afecciones neurológicas que pueden afectar gravemente el día a día del paciente. Es importante sensibilizar a la sociedad sobre estos trastornos y la importancia de buscar ayuda médica cuando sea necesario.

 

Terapias no farmacológicas

Además de los tratamientos farmacológicos convencionales, existen terapias no farmacológicas que pueden ser eficaces para tratar algunos trastornos del movimiento. La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden ayudar a los pacientes a mejorar su capacidad para realizar actividades cotidianas, mientras que la terapia del habla y del lenguaje puede mejorar la capacidad para hablar y comunicarse. El yoga y el tai chi también pueden ser beneficiosos para algunos pacientes.

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